lunes, 14 de marzo de 2011

Expresiones de Tlaltenango “Identidad que cautiva”

Martes de Carnaval, la fiesta de los Rayados en Cicacalco y San Antonio.
Como cada año y desde hace mucho tiempo atrás, Cicacalco y San Antonio reviven esta ancestral tradición, cuyos orígenes se remontan a los Papaquis. A la época colonial, a las batallas entre españoles e indios, al tributo pagado a los conquistadores por los vencidos; en donde se funden ritos paganos y cristianos. La palabra Papaqui significa “mitote, barullo, gritos, algarabía” y todo esto y más es lo que año con año se vive y se goza en la Fiesta de los Rayados. En Cicacalco también es llamado la Fiesta de los Santitos de Pinole porque en ambas comunidades inicia hacia el 20 de Enero cuando se comienza a moler el maíz dulce para preparar el pinole, para culminar en el Martes de Carnaval, el Gran Mitote, la Gran Batalla, la Guerra entre españoles e indios, todo previo al Miércoles de Ceniza.
¿Cómo se vive esta tradición?
Cicacalco:
Lunes y martes se realizan diferentes actividades. Los rayados, los cantadores, el señor grande. Se coloca la bandera blanca representando a los rayados, se pasea la reliquia de la Virgen del Rosario, su corona y se va casa por casa recolectando el pinole (el tributo que se pagaba a los españoles) todo esto sucede el lunes. El Martes muy temprano se recoge el tizate con el cual se han de pintar la cara los rayados, los cuales han de ir casa por casa cantando los versos del Papaqui, llevando en procesión la reliquia del Señor Grande, la corona del Divino Salvador, la imagen de Cristo que data del siglo XVII. Ya por la tarde tiene lugar la batalla, la representación de lucha entre españoles e indios, El Gran Mitote, la guerra de cascarones de huevos llenos de confeti y harina.
San Antonio:
Esta Fiesta de los Rayados se vive con gran alegría y entusiasmo y se divide en 3 partes: Rayados que van al inicio peleando unos contra otros con cascarones de huevos llenos de harina y confeti, enseguida van los cantadores con las coplas y versos de los Papaquis, casa por casa son recibidos con dulces, tragos de mezcal y cascarones de huevos llenos de harina y confeti, enseguida llega la Cofradía, los señores que llevan la coronita, representada por la imagen de un Niño Dios, que es recibido al son de una campana y adorado entre rezos y escencias de copal. Al terminar de recorrer todas las casas de la comunidad, se reúnen todos los participantes para iniciar “El Mitote, la batalla final, la cual se realiza al son de la música, más tarde el tradicional Baile.

Colaboración de la licenciada Ivonne González, encargada del área de Turismo en el Gobierno Municipal de Tlaltenango.